El día que fuimos a la Cartuja fue el 3 de abril. Del cuello llevábamos colgada una de las chimeneas.
La puerta de la Cartuja era muy bonita. En el centro había una Virgen con un niño Jesús sin cabeza, solo tenía el cuerpo. Un lago, junto a los juncos, ponía a la Cartuja más bonita de lo que es.
Cuando por fin entramos y pasamos por el arco de la puerta, vimos un patio. Allí, en el patio de la derecha, estaba el ombú. Un árbol, no muy alto, pero muy amplio y de hoja perenne, que significa no caduca. Delante del ombú nos sentamos y la señorita nos contó su historia.
Pasado un tiempo, fuimos dentro de la Cartuja. Ahí estaba el museo Comtemporáneo de José Miguel Prada Poole con maquetas de una ciudad para vivir sobre el agua sin ningún problema.
El siguiente taller fue muy chulo. Nos convertimos en arquitectos y construimos un espacio con ladrillos de plástico para todos y otro individual con aros.
Un tiempo después vimos a un monje Cartujo que nos enseñó varias cosas, como su comedor, algunas historias y alguna que otra tumba.
El último taller fue que hicimos un plato, pero no nos dio tiempo de terminarlo.
Obras de José Miguel Prada Poole
Malena
No hay comentarios:
Publicar un comentario